Desde el lejano año 2000 se advertía que AMLO era más que un adversario político incómodo a derrotar. Era, en muchos sentidos, inevitable.
Si en este momento estás pensando en un cameo de una mano morada extendida que lentamente avanza tocando la fina hierba que crece en el campo prácticamente en silencio, entendiste la referencia. Desde el lejano año 2000 se advertía, por varios de los actores políticos importantes de la época que El Peje era más que un adversario político incómodo a derrotar; su combatividad y tenacidad combinado con su lengua mordaz y actitud frontal ante cualquier idea discrepante con las suyas lo volvía un obstáculo difícil de sortear. Prueba de ello fueron los incontables debates, entrevistas, paneles y talk shows (o al menos eso parecían) en los que participó con Francisco Labastida, Vicente Fox, Diego Fernández, Felipe Calderón, Alfredo del Mazo, Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Robles, Enrique Peña, José Antonio Meade, Ricardo Anaya y aburridísimo etcétera.
El problema no es que todos lo hayan superado en los debates, ni que hayan demostrado en sus incontables intervenciones que había (mejores) planes de atención a la problemática local y eventualmente nacional. Tampoco que demostraran que su pasado era su presente y por ende el futuro que proyectaba; así como tampoco fue que demostraran que era uno más y posiblemente peor que los demás al grado de ser el único político destacable que haya sido desaforado en la historia reciente del país. El problema es que El Peje, siempre siguió en la contienda, con prácticamente los mismos argumentos y NADIE en el país hicimos nada contundente para eliminar esos argumentos vacíos de la realidad de una vastedad de mexicanos.
El PAN lo advirtió con el slogan de la campaña del 2000, él era un peligro para México, pero parece que el miedo fue pasajero y nos conformamos con tener un sexenio con crecimiento económico dejando de ver el otro lado de la moneda (violencia, descomposición social, avance del narco, normalización de la violencia, etc.). Peña-bebé ganó de manera no muy discutida la elección por el mal cierre del sexenio panista, sin embargo, en 2018 TODO el sistema optó por entregar al país en bandeja de plata por alguna razón, entre ellas encuentro estas:
El PAN… bueno… se suicidó
Haciendo un “proceso” de elección interno al estilo de MORENA, o sea, un circo. Permitiendo que los trapos sucios se ventilaran una semana si y otra también y que llegara el peor candidato al puesto por “la Grande”, el PAN llegó completamente ponchado a la elección a pesar de la buena actuación de Anaya en los debates.
El PRI no pudo encontrar un candidato adecuado…
Ya olvidémonos de un buen candidato o al mejor priista del país… uno adecuado para el partido (en línea con sus valores, pues). En cambio, optó por meter a un gran administrador, líder, magnífico colaborador, buena persona y hasta donde se sabe, una persona comprometida con sus encargos y que podría unir a los mexicanos a través del trabajo enfocado y su empatía. ¿Por qué perdió? Por que no es carismático, por que no es un priista de cepa, por que todo México sabía que no comulgaba con los ideales de ningún partido (ahhh pero odiamos la política, verdad? Pero cuando ponemos a un ciudadano de a pie no lo pelamos porque no es político). ¿Era un presidente ideal para el país? Claramente no, porque no se parece a la mayoría del país que votó en 2018, en pocas palabras, ese barco ya había zarpado. Meade vs. Calderón en el 2000 hubiera sido un agarrón épico.
– El resto de los partidos, ni siquiera existieron para hacer algo que no fuera ser unas rémoras de los otros partidos.
La disyuntiva
PERO, ¿por qué los señores feudales del poder (a.k.a. la Mafia del Poder TM) lo permitieron? ¿lo permitieron o lo provocaron? Esa es la cuestión. ¿Y si, en realidad, todo esto es algo provocado? La verdad, es una apuesta arriesgada pero en mi mente no para de revolotear la idea de que esto es provocado para, principalmente, dos fines:
1. Aprovechar la ingenuidad de los MORENISTAS y sus votantes para sacar raja política y económica por parte de los integrantes de la Mafia del Poder TM.
2. Llegada la hora de votar, decirles a los infantiles e inocentes pobladores del país que votaron ingenuamente por alguien como El Peje (quien ganó la elección al prometer cosas que durante años se evidenciaron como perjudiciales para el país o incluso imposibles de realizar) la típica frase de papá: “¿Y cómo te fue con lo que te dije que no hicieras? Uy! ¿De plano?… ¡Te lo dije!”
Y usted, ¿que hace por su patria?
Al final y “haiga sido como haiga sido”, en nosotros está el permitirnos como sociedad superarnos y salir del hoyo en el que nos metimos por permisivos, confiados, pasivos, ingenuos o inocentes… cada uno tenemos un saco que ponernos. Mejorar al país no es cosa del día de la elección, es de todos los días, ¿Cómo? Haciendo lo correcto, siendo conscientes de lo que elegimos hacer y responsables de sus consecuencias. Da lo mejor de ti contigo, con tu familia, en tu trabajo y resarciendo a la sociedad o a la madre naturaleza de alguna forma. El no tener un modelo a seguir de un mejor país como objetivo sólo provocará que sigamos desperdiciando generaciones enteras de mexicanos haciéndose más pobres (y no sólo en términos económicos) y hará que AMLO no sólo haya sido inevitable sino perpetuable. La pregunta a partir de mi conclusión es: ¿Qué estás haciendo tú ahora mismo para mejorar tu patria?
Las opiniones expresadas en la presente publicación son las del autor. No pretenden reflejar las opiniones de la ninguna otra persona física o moral.